Durante los últimos meses, Cisco ha retomado el ritmo de adquisiciones que ha sido una de sus características durante años. Exactamente diez empresas ha comprado en 2012, y todavía puede caer alguna otra en el saco. Sólo en noviembre, han sido tres: Cariden (114 millones de dólares), Cloupia (125 millones) y Meraki (1.200 millones). Por el monto y también por su actividad, vale la pena detenerse en esta última operación, destinada a enriquecer la estrategia de Cisco en la infraestructura de Wi-Fi. No hay que descartar que este movimiento, no del todo inesperado, provoque réplicas, de modo que algún competidor de Meraki fuera absorbido por algún competidor de Cisco.
Hay muchas razones por las que Wi-Fi se ha convertido durante 2012 en un mercado apetecible. El modelo de negocio de Meraki ha evolucionado con el paso del tiempo. Creada en 2006 como proyecto dentro del MT por Sanjit Biswas, recibió pronto financiación de Sequoia Capital y de Google, que por entonces contemplaba involucrarse en la promoción de redes municipales; cuando Google abandonó esa intención, Biswas cambió de tercio y exploró la clientela corporativa; a partir de 2009 empezó a crecer hasta sus 330 empleados actuales para una facturación en torno a los 100 millones de dólares este año.
«Estábamos acostumbrados a un dispositivo sobre Wi-Fi, nuestro laptop, y luego a dos, el laptop y un smartphone; de pronto, los dispositivos se han multiplicado hasta cuatro o cinco por persona, y contar con una conexión Wi-Fi se ha convertido en necesidad prioritaria», resumía Biswas en una reciente conferencia.
Es posible que no toda la oferta actual de Meraki sea mantenida por el nuevo propietario. Lo que parece fuera de duda es que su noción de mesh networking parece a medida de las conveniencias de Cisco en materia de virtualización de las redes.
El boom generalizado del uso de Wi-Fi ha impulsado la fortuna de compañías como Aruba Networks – que cultiva cierta especialidad en campus universitarios – y Ruckus Wireless – más inclinada a tratos con operadores – que hace poco salió a bolsa y recaudó 126 millones de dólares. También Meraki coqueteó con la vía bursátil, pero el alto precio ofrecido por Cisco y la garantía de continuidad de los tres fundadores han sumado argumentos para olvidarse de la bolsa.
Los productos de wireless networking ganan presencia en la oferta de Cisco. Al presentar los resultados del primer trimestre de su año fiscal, se informó que el crecimiento de este segmento ha sido del 38% (el segundo en importancia tras el de datacenter). Respondiendo a un analista, el presidente de la compañía, John Chambers, presumió del éxito en el negocio de infraestructura Wi-Fi para operadores. Según dijo, la facturación marcha a un ritmo de 100 millones de dólares anuales, que no es mucho para el tamaño de Cisco, pero crece rápidamente.
Como suministrador de los operadores móviles, Cisco pone énfasis en la venta de infraestructura que vincula los bordes inalámbricos de la red con las conexiones fijas y la gestión del back end. Hasta ahora, su actividad Wi-Fi se concentraba en los mercados corporativo y de consumo, pero en septiembre ya dio una pista de sus intenciones al comprar una pequeña empresa irlandesa, ThinkSmart, con una especialidad muy específica: el análisis de los datos recogidos por las redes Wi-Fi para la asignación de capacidades en función de la distribución geográfica del uso.
De todos modos, Wi-Fi no es una pieza suelta en la estrategia de Cisco, que ha hecho de las comunicaciones inalámbricas uno de los pilares de su desarrollo en el futuro inmediato. De allí el interés del anuncio de que va a entrar en el mercado de las small cells, lo que sugiere la integración de las dos tecnologías. La iniciativa, aun no concretada, pondría a la compañía a competir con los suministradores de estaciones base interesadas en ese nuevo mercado (Ericsson, Alcatel Lucent y Nokia Siemens, pero también Huawei, tienen en catálogo ofertas de small cells). La situación podría ser delicada para las relaciones, cada vez más frías, que mantienen Ericsson y Cisco.
La combinación entre small cells y Wi-Fi no es una hipótesis tecnológica. Ya hay despliegues en zonas urbanas de alta densidad, para incrementar la capacidad de prestar servicios de datos y, con una adecuada coordinación los operadores pueden: a) descargar una parte del tráfico de sus redes 3G, y b) atender más demanda con el mismo espectro. Sería inimaginable que Cisco no saltara sobre la oportunidad que se le presenta. Tan inimaginable como que sus competidores le dejen el campo expedito.
Puede verse como un tercer plano de la estrategia de Cisco el acuerdo con Qualcomm – que ya ha digerido por completo la compra de Atheros propietario de la empresa Atheros – para desarrollar en común soluciones que mejoren la cobertura en espacios interiores, por lo general deficiente. La propuesta se basaría en la triangulación de las distancias entre puntos de acceso Wi-Fi y small cells, con el fin de trazar mapas más precisos de edificios como grandes superficies, aeropuertos y diferentes plantas de un edificio. Según las fuentes, Qualcomm se ocuparía de implantar esa capacidad en una próxima generación de sus chips, y Cisco ofrecería el software correspondiente.